Son las 11.10. La hora para hablar de temas serios. En serio, hoy voy a procurar ir en serio. Estuve hace un momento en el váter y se me ocurrió una cosa. Pensé en lo que verdaderamente es ser "una persona culta". Con esto no quiero concretar en qué ámbito, sino simplemente una cultura general.
Muchas veces, aún no diciéndolo, nos consideramos cultos. Al menos me pasa a mí. Sonará vanidoso, pero es así. A mí me gusta leer de vez en cuando. Leo a lo mejor un libro por mes o cada dos meses, tampoco una burrada. Pero cuando acabo un libro pienso: "Jo, ahora SÍ me siento culto. He aprendido algo o he sacado alguna conclusión que me va a dar un punto de vista más amplio sobre uno o varios asuntos." Pero eso es así? Leer un libro, ver un documental o tomar una clase con un profesor de renombre nos hace, como se dice, más "cultos"? Por lo que parece, sí, un medio nos proporciona un conocimiento que antes nos era desconocido y enriquece un poco más nuestro saber. Cierto. En ese sentido no pongo en duda la cultura, pienso que está claro que aprender algo nos hace, aunque sea sólo un poquitín, algo más cultos (NO se confunda con inteligente!).
A lo que me refiero es el cómo manejamos este conocimiento adquirido. Acaso lo atesoramos y lo hacemos nuestro a través del pensamiento y el desarrollo propio o lo tergiversamos? Con tergiversar me refiero a pervertir lo adquirido objetivamente convirtiéndolo en algo completamente subjetivo. Por ejemplo, observamos una estadística en la que se observa que los homosexuales en ciertos países africanos son perseguidos por tribus por su orientación sexual. Nosotros sacamos rápidamente la conclusión: Los africanos son unos salvajes intolerantes.
He aquí la tergiversación. Son ciertas tribus (ni siquiera en toda África) las que practican estas carnicerías, no el colectivo africano. Este ha sido un ejemplo extremo, pero lo necesitaba para aclarar a lo que me refiero.
Esto suele ser un fallo muy común. Cultura y personalidad están lógicamente entrelazadas, pero a veces la personalidad se puede convertir en un arma de doble filo. En la política se ve un ejemplo muy ilustrativo. Muchas informaciones adquiridas son manipuladas o sólo mostradas en parte para justificar ciertas actitudes o acciones. Al igual a estos "artistas" tan cultos y sofisticados que se ven por la tele hablando con periodistas de revistas progresistas en cafeterías elegantes. Nosotros les vemos discurrir y nos quedamos en el sitio, pensando: "Guau, este hombre es un genio!". Pero si nos paramos a escuchar, todas esas ideas y sabidurías que profesa el artista o crítico con tanta (aparente) soltura se suele quedar en humo de paja. Triste pero cierto, así parece funcionar la élite cultural de hoy en día, y tampoco este texto se queda sin condena, ya que lo que aparentemente tenemos la gran mayoría de cultos en realidad lo tenemos de pretenciosos, incluyendo a un servidor.
Un saludo,
Guillermo
Keine Kommentare:
Kommentar veröffentlichen