Querido lector:
Son las 22.31, ya un poco tarde, pero aún son horas de escribir. Sin más preámbulos os voy a contar una cosa que me pasó ayer. Hablé con una chica que va conmigo a la facultad y que, como he descubierto, también es vecina mía. Bueno, resulta que me agregó en Facebook, y cada vez que me conectaba y ella estaba conectada me empezaba a hablar, recordando chistes bastante malos que yo había hecho en su momento por mera cortesía y a los que yo no les daba ni la menor importancia. Pero ella se acordaba, y eso me sorprendío bastante. Por lo general me debería haber sentido halagado, ya que no todos los días te encuentras con una persona que se acuerda con tanta exacitud de tus palabras (bastante imbéciles) y se toma tanta molestia por contactar contigo. Me sentí halagado, pero la chica no llamó mi atención. Por qué? Sinceramente, porque no tiene ningún tipo de atractivo físico, excepto ojos azules, pero eso se ve mucho en Alemania.
Sé que suena cruel lo que digo, pero muchos nos guiamos hasta cierto punto por el lado físico de una persona. Por mucho que nos guste decir: "A mí lo que me importa es el interior.", siempre buscamos un cierto nivel de atractivo físico. Porque la frase de arriba no es mentira, pero sólo una media verdad. Sinceramente, yo nunca he salido o he tenido algo con una chica que no me pareciese hasta cierto punto atractiva, de hecho me han parecido más atractivas las chicas con las que he salido que con las que sólo que tenido una relación esporádica. Y parece ser que no soy el único. Muchos de mis amigos (y yo también) hablan de mujeres a nivel físico como si hablasen de coches. Como bien se podría oír "El nuevo Volvo no tiene un buen ABS, pero tiene una cilindrada bastante potente" se podría también bien oír entre chicos "Carolina no tiene una cara demasiado agradable, pero tiene unas peras bastante respetables". Curioso, verdad?
No quiero limitarme al simple tópico "Los medios de comunicación nos han lavado el cerebro y controlan nuestros gustos femeninos", pero en parte parece ser que sí. A un buen amigo del colegio le parece que Robin (de "Como conocí a vuestra madre") está "to buena". Y cuando a veces voy por mi facultad veo a chicas maquilladas, con abrigos limpísimos, con el pelo como un maniquí... y pienso :"Estamos en la universidad o en la Cibeles?". O la típica chica que tiene un cuerpo normal, no flaco, pero para nada gordo, que te dice al borde del ataque de pánico: "Oh Dios, ayer me comí un Döner, hoy sólo ensalada para comer!!!". Esto a los hombre en parte nos parece gracioso, curioso, como si fueses al cine a ver una peli de humor. Y oír a esas chicas hablar da ganas de comprarse palomitas, os lo prometo. Y cuando no son maniquíes, al menos buscamos que tenga algo fuera de lo común, que nos recuerde que hay personas salvajes, en contra de las concepciones de la sociedad burguesa, como una chica con rastas, o con un tatuaje, o con varios piercing, etc.
Pero por mucho que los hombres nos mantengamos supuestamente al margen de estos asuntos "banales de belleza", en gran parte somos los responsables de esta locura que tienen las mujeres por ser guapas o distintas de alguna manera. Porque cuando decimos que Robin está "to buena" delante de una amiga , o que X es un callo malayo porque tiene los dientes hechos un cisco, o que nos gustaría menternos en la cama con Giselle Bündchen, etc. eso se le queda grabada. Porque, o naces guapa y no tienes que trabajar demasiado para ganarte el respeto de los hombres o naces normalita y es como tener un segundo trabajo o naces fea y te preparas para un trauma bastante gordo. Problemas que no suelen afectar al sexo masculino. Y lo dice Zhang Jie, escritora china: "Para una mujer no hay nada más doloroso que ser fea. Una verdadera desgracia."
Un saludo maquillado,
Guillermo